Era Sabado, y este año se cumpliran seis.
M.habia ganado la apuesta, y yo tambien. El restaurante ya no existe, ha abierto otro en su lugar, que siempre me provoca la misma curiosidad que rechazo, y, que, aun hoy, continua inedito para nosotros, mientras mantenemos el recuerdo del añorado Wok Cafe de nuestra primera cita.
El armario completamente vacio, pase de modelos desde las 3 de la tarde, nada me convencia, demasiado obvio, demasiado formal, demasiado informal, esto ya me lo ha visto, este vaquero me hace buen culo, falda o pantalon, olvida los tacones.
Quedamos en Tribunal, cuando llegué M. ya estaba esperandome, con esa sonrisa que hace que desaparezcan sus ojillos, y con el hoyueklo al lado del ojo que se le forma al sonreir.
Inicios torpes, dos besos temblorosos, que guapa estas, tu tambien, bajamos por Fuencarral?, mejor atajamos por Chueca.
Esa misma noche le reconoci a M. que tenia un plan de escape preparado, la prima Ma. estaba preparada para actuar a mi primer mensaje de SOS, con una llamada urgente en la que se inventaria cualquier cosa que me permitiera escabullirme de una manera digna, y sin dar demasiadas explicaciones, pero esa llamada nunca llego a producirse.
No se si me enamore en ese momento, lo que si se es que desde ese momento quise estar a su lado.
Tras la cena vinieron los tiempos del si pero no, de citas a escondidas, de roces furtivos en el cine, de mensajes, de canciones, de canciones en mensajes, de pura vida.
Y llego el, el maestro Johannes Brahms, para que mi admiracion fuera aun mayor, para que el glamour fueses tu, y el primer beso, rapido, asustado, en un semaforo de mi adorada calle san bernardo.
Este año se cumpliran seis, y aun hoy, cuando abro los ojos vuelvo al sitio donde nos llevó la imaginación, donde con los ojos cerrados se divisan infinitos campos,
vuelvo a nuestras primeras cenas, los primeros desayunos, las risas, los nervios, los planes, lo conseguido, y lo que queda por conseguir, vuelvo al sitio de mi recreo.
Feliz dia M.
